Todos tenemos palabras que no hemos dicho, estampas de un sudario que cargamos a cuestas, esos gritos apagados que estamos tentados a empacar y enviar a destinatarios del pasado y del presente.
Tiempo que quisiéramos volviera para tener dos segundos del destino cambiado, de un silencio que no debió ser, de un beso apagado antes de encender, todos amamos, todos deseamos, todos tenemos un tiempo olvidado en el cajón de los recuerdos.
Tal vez mi amor es esa inspiración de escribir lo que la vida no me dejó tener, de las palabras que no escribo porque la tinta no alcanzó o porque simplemente la hoja ya no desea más letras, pero es necesario saber que todas esas cartas y novelas que jamás verán luz de una pluma, están escribiendo una hoja enorme en mi cabeza, es una cadena de recuerdos que se tentaron a dejar ni un solo eslabón fracturado, una pluma con tinta de figuras cromáticas que en vez de vulgares palabras pintan paisajes que dignos serían de una obra de Márquez, son centinelas de sueños, deseos y visitas de noche mientras los ojos físicos se cansan a propósito para abrir una vista interna, donde todas las realidades se conjuntan, donde vivo feliz, donde aún siguen esos viejos compañeros vivos y esa inspiración, esa inspiración nunca se apaga.
Escribo libros, novelas y hojas tan sólo para recrear una vaga imagen de multicolores con sabor a perfume de toques cítricos, tal vez las palabras no lo dicen pero un sueño jamás duerme.
Rodd Jurado
01 Julio 2016
Siempre en construcción...constructiva
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